miércoles, 11 de abril de 2012

Tiempo atrás.

Bien lector@s del blog, hoy Luiti está al habla, creo que hablé a lo largo de un año de casi todo, pero no hablé de todo.¿Qué me falta?¡Claro! Parece mentira que no lo lo sepais. Va la 2º parte de mis textos que hace tiempo que no pongo.¿Quereis leerla?Aunque está muy abierto y casi lo estoy acabando para dar un impulso a una tercera parte, pero no estoy muy seguro de ello. Aquí os lo dejo, pero no va a ser lo único de hoy.


Me remangué la manga, ponía las seis menos cuarto de la tarde. Aun la media hora larga, podríamos charlar, conocerla más a fondo, al fin y al cabo era una chica interesante, la tía del presidente de un país el cual yo no conocía, sería interesante ir de su parte. Visitar un país nuevo, no estaría de más, conocer una cultura y una gente, vaya la curiosidad estaría bastante interesante.
¿En qué estás pensando Squall?- interrumpió su voz.
Mira…-me he puesto nervioso. Pensaba que quizás cuando encuentre trabajo, y pueda compaginar realmente las cosas de trabajo y viajes, me acercaré. Espero que la comida sea excelente, que existan buenos bares, y un país grande el que podría explorar en coche.
Podrías… Pero no te va a ser fácil, es muy grande el país, también tiene trenes, autobuses, barcos. No te preocupes Squall, la República de Torán no es un mal país, se puede vivir perfectamente, y explorarlo quizás sea una buena aventura, es muy grande, tiene muchas ciudades, y la capital Greminster no se te quedará para nada corta te lo puedo asegurar.
¡Vaya!- levanté un poco la voz. No me perderé ese país por nada del mundo, pero espero que no entre en conflicto con Galbadia, ni viceversa por supuesto, entonces iré hacia allí.
¿Quién es tú contacto Squall?- me preguntó con cierta curiosidad en su voz.
Una amiga de la infancia llamada Celis, tiene veintiséis años, vive allí sola, ya que su familia murió hace algún tiempo. Celis rubia con un pelo ondulado largo hasta la espalda, los ojos más verdes y relucientes que he podido encontrar, y de una altura de un metro setenta. Trabaja allí, regenta un bar, me dijo que me podría ayudar si alguna vez quería dejar toda mi vida. Celis se crío en mi pueblo conmigo, pero sus padres decidieron dejar el negocio que tenían allí. Eran panaderos, pero al parecer el dinero no les llegaba correctamente para todo. Y se mudaron a Timber, siempre he mantenido contacto con ella, vía telefónica, email a día de hoy y todo eso.
Es interesante Squall, que vayas con una idea formada de lo que quieres encontrar. Por lo que dices trabajarás con ella en el bar hasta que ahorres lo suficiente por volverte a ir. Al menos eso he sido capaz de leer entrelineas.
No exactamente. Existen pequeños detalles que tú no ves y yo sí. Por ejemplo el paso de los robles que estamos viendo por la ventanilla mientras hablamos. A eso no le tienes como digo yo, aprecio, ni ves en su interior. Yo en cambio, no más humilde, pero si sincero, veo otros detalles en cada uno de los seres.
¿A qué te refieres exactamente? Creo que me he perdido (¿Dé que está hablando este hombre ahora?) un poco.
¿No lo sabes?-pregunté con un poco de maldad y vacile. No es muy difícil, quizás si pudieses ver más allá de lo que hablas. La guerra que me has contado, estoy intentando ver más allá de las palabras, y los mismos hechos históricos, mi certeza es correcta. No tiende a fallarme casi nunca. El misterio, no es un secreto para mí, los motivos preguntando, quizás investigando, los verdaderos salgan a la luz. No niego que no esté mal informado un pueblo, pero creí que podrías verlo.
¿Me estás diciendo que no veo más allá de mis posibilidades?-decía con tono de enfado- . Te estás equivocando chico. Aunque, parezca lo contrario se lo que me estás intentando decir. Es un complejo de dificultad moral y filosófico que has establecido. Pero el motivo por el que alguien llega a este punto y establece eso es bastante claro. Al menos para mí lo está. ¿Puedo preguntarte algo personal, y a la vez muy serio?
¿Qué me quieres preguntar?- me estoy poniendo nervioso de verdad.
Sé que quizás no quieras ni menos responderme como guerrero-decía tranquilamente- pero… ¿Has arrebatado alguna vida en tu antiguo trabajo? Creo que es por eso a lo que llegas a esos puntos tan filosóficos tuyos pero bastante más simples para la gente corriente. Estoy viendo el brillo en tus ojos de color miel, terror, valentía, obediencia, lealtad esa mezcla de sensaciones sumadas a lo poco que conozco tú carácter pueden llegar a ser la falta de escrúpulos.
Mi respuesta….- me tranquilicé-, no creo que la querrías saber de verdad. Lo mismo es una decepción, un terror a contar algo a alguien quien apenas conoces. Una adrenalina de curiosidad y nerviosismo, como una mezcla explosiva como si estuviese en su clímax. Dime. ¿Tanta curiosidad tiene tu cuerpo de desear saber eso?
Realmente…-decía con miedo- no tengo ninguna, pero tenía que preguntarlo a ver cómo te ponías. Pero si reaccionaste de una manera que yo misma ni me esperé, prefiero quedarme con la duda de ello.
El miedo es una sensación Lum, bastante traicionera. No sabes por dónde viene ni hacia dónde es capaz de llegar. Ya lo sabrás tu misma la voz de la experiencia hablará por si sola en tu cuerpo, espero que nunca lo sientas, y menos que lo veas de cerca. Yo lo viví, no es algo agradable quizás sea bastante estúpido, pero la impotencia se apodera de todos tus sentidos, y el cuerpo no responde.
¿Dé que estás hablando Squall?
Nada, perdona estaba pensando en algo del pasado, no venía a cuento, mi voz se motivaba por algo que no debió ocurrir.
¡Oye! ¡Mira estamos en la estación el tren ha parado!
Bien, ha sido un trayecto bastante movido, unas historias muy interesantes y es hora de bajar del tren.
Miré hacia mi funda de guitarra y mi macuto. Hora de cogerlos, no quiero perderlos. El tren frena con delicadeza, Lum y yo ya estábamos fuera del asiento, nos dirigíamos hacia la puerta. Bien estaba pensando para mí mismo. Es la hora de emprender mi viaje, es la hora del auto conocimiento, de un aire nuevo, de volver con Celis y trabajar con ella durante un corto periodo de tiempo y volverme a marchar. No quiero involucrarla más de lo que ha estado conmigo, y mucho menos llegar a hacerle daño. Eso creo que no está presente entre yo y ella. Ella me cuido cuando me hirieron en esa batalla, me trató como uno más pese a lo que pasó. Vamos allá. Nos estábamos dirigiendo a la puerta, cuando el tren se freno definitivamente, y paró. Le di al interruptor….


Fallis, ese es mi nombre o lo que queda de él. A día de hoy menos de lo que hice en el pasado. La humanidad temblaba, las guerras estallaban, los humanos morían. Parece como si mi destino estuviese escrito, donde mi papel en guerras, ahogaba a segar almas humanas durante toda una eternidad. La última vez, fui listo, no aparecí en aquel duelo, no sé porque mi hijo se metió, Wats, debería a ver ganado realmente, así habría acabado con todo. Un fallo, me he permitido miles de ellos, pero esta vez, quería que acabase, así podría morir en paz. Quizás por mi propio error de engendrar descendencia he fracasado si me paro a pensarlo consecutivamente. No es tan fácil, pero a la vez sería erróneo no haberlo realizado creo yo. Doscientos años llevo con esta maldición, no puedo morir por edad, de hecho aún conservo mi estado joven de la tierna edad de los veinte años, estoy maldito por la magia, no debí aceptar esa ayuda para ganar. Y en combate nunca pierdo. Soy una persona normal, condenado a sufrir la inmortalidad por el resto de los días. Si mi hijo no se hubiese metido en ese momento cuando huí del combate contra Wats, habría muerto. Pero incluso algo tan simple como tenía planeado fracasó, huí, perdí mi primera guerra, y me refugié en las altas montañas del continente Sin Fin, alejado de la mano de todo, y que muy poca gente conoce. Aquí simplemente soy un desconocido mas, bueno era un desconocido mas hasta que la conocí, una persona especial, sabe combatir, hablar con coherencia y lógica, incluso calmar mis pensamientos oscuros a la hora de realizarlos. Aunque mi aspecto no cambiase en años, donde mi melena de capa caída de color rubio del sol, a una altura pasada los hombros, y un cuerpo fuerte para poder defenderme ella sí cambiaba. Tenía un gran pelo rubio ceñido por una trenza hasta mas debajo de la espalda, era delgada, con unos ojos preciosos como la miel, una nariz muy pequeña, y unos labios que cualquiera caería en sus encantos. Lo que no convencía con ese aspecto era su carácter, aunque rápido y cortante, a la vez astuta y capaz de ayudar. Se llama Mayka.


Después de este mini texto.¿Por qué no algo de Youtube de un vídeo maldito?Ya que hace tiempo que no pongo cosas así.



Un vídeo que según se cuenta es del año 1930, y que una persona vío el final, en ese vídeo ni en ninguno está la parte final del vídeo original, y se suicido. El vídeo símplemente es aburrido, y si lo estais.¿Por qué no verlo?

Mañana vendré con noticias nuevas para vostros lector@s hasta hoy, un saludo y se despide Luiti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.