martes, 20 de septiembre de 2011

La llegada del Héroe del tiempo, y cómo conseguir ropa gratis (Mi homenaje a Zelda II)

Como de todos es sabido, tras los escudos de Link hay un espacio interdimensional que usa como depósito, razón por la que puede tener tantos objetos como desee. Recordando ésto, sigamos nuestra historia.

Nuestro héroe ha cometido la mayor cagada de la historia al darle al maloso acceso a la Trifuerza, un objeto sumamente poderoso dejado atrás por tres diosas. Podríamos pensar que la Trifuerza podría haberle dado a Link el poder necesario para matar a Ganondorf allí mismo y librar a Hyrule del mal para siempre, pero no es así. Link es encerrado durante siete años en un universo alternativo en el que va creciendo (sin comer nada) y en el que un grupo de modistos parece haberse fijado en él, y mientras tanto, Ganondorf siembra el terror, la oscuridad y ya de paso siembra una tomatera y unas cuantas Deku Babas en Hyrule. De modo que el nuevo Link, con atuendo hecho para él e incluso un pendiente en la oreja, parte en la búsqueda de los Medallones, objetos que le conferirán el poder necesario para derrotar al calvo pelirrojo. El problema está en que los Medallones están dispersos en templos por todo Hyrule, cosa que no es problema, ya que casualmente siempre tendrás el objeto necesario para entrar. Y por cierto, tenemos que acordarnos de buscar a Mario y a Luigi, porque este último tiene una yegua para nosotros que acelera si la azotamos con zanahorias.

El primer templo es el Templo del Bosque, al que llegas después de haberle arrancado a un muerto su más preciado tesoro, un gancho extensible. Este Templo tiene la peculiaridad de tener la peor música jamás habida en un juego de rol, y es donde consigues el Arco de las hadas (Ya me explicará alguien para qué cojones quieren las hadas un arco. Y un tirachinas ya puestos.) y donde te enfrentas a cuatro fantasmas coñazo para tener un duelo cara a cara contra Ganon(dorf) Fantasma, al que personalmente encontré bastante más difícil de derrotar que el Ganondorf final.

Hecho todo eso, te dicen que la primera sabia es Saria (lo que explica cómo demonios la niña sabía tantas cosas si no salía del bosque) y vuelves al Templo del Tiempo a hablar con un misterioso personaje, Sheik.

Después toca volver al volcán activo, pero esta vez hasta su mismísimo núcleo, donde un bonito atuendo rojo que casualmente es de la misma talla de Link (viene con gorrito y todo) te protegerá, por alguna razón, del calor.

Nota: Link tiene una talla única, no hay nadie más en el mundo de Zelda que tenga un cuerpo como el suyo ni vista con su mismo estilazo (Al menos en su fase de adulto). De hecho no hay absolutamente nadie en el mundo, aparte de él, que vista ni el sayo Goron ni el sayo Zora. Ésa, niños, es la razón por la cual ser sastre en Hyrule no da dinero.

Tras superar un templo ígneo y obtener un señor Martillo (este juego y yo empezamos a entendernos), toca jugar un poco de Whack-a-mole con un dragón gigante. Lo que yo me divierto machacando a este jefe (Volvagia) no es normal, damas y damos. Destruido ya, Link obtiene de Darunia (El goron gigante que quería hacer cositas con él cuando era niño) el segundo Medallón y sale por patas a por el tercero, que está en el Templo del Agua.

No obstante las cosas no son tan fáciles: Ganondorf sabe que hay que congelar el pescado para que se mantenga, y eso ha hecho con el Reino Zora. Diox, ¿No podríamos jugar como Ganondorf? Si mola veinte veces más....en fin, que toca ayudar a todos y conseguir unas botas con suela de hierro y más ropita nueva, ésta tiene el poder de hacer que respires bajo el agua.

Por favor, no me preguntéis cómo la ropa interviene en los procesos respiratorios, porque NO LO SÉ. En fin, ahora toca templo submarino, y en 64 era uno de los templos más odiados por los jugadores debido a...lo siento, no os lo pienso decir. Me gusta que este templo mantenga su fama de difícil a pesar de lo que lo han facilitado en 3DS.

En fin, te atraviesas todo el templo matando a todo bicho viviente y al mejor subjefe del juego, un tú oscuro tres veces más guay y con bastante más vida, y que además domina la espada mejor que tú, para enfrentarte a un bicho acuático asqueroso y coñazo usando un gancho...más largo.

Podría resumir el resto de templos, pero son más de lo mismo: Consigue entrar, consigue el objeto, matas a todo lo que te encuentres, matas al jefe y obtienes el medallón. Mención aparte merece el divertido Templo del Desierto, que tienes que pasártelo dos veces y encima matar a la madre y a la tía de Ganondorf (¿En serio Link es el bueno?) que, mientras mueren, resultan ser buenas. No es que me disguste la idea de ir matando inocentes por ahí que sólo quieren proteger a su familia (Probé GTA y desde entonces soy un puñetero insensible), es que me parece un poco de mal gusto que tu enemigo, en lugar de enfrentarse a ti limpia y justamente, vaya a por tu familia. Ésa debe ser la razón por la que Ganondorf no tiene gato. Admitamos que molaría ver a Ganondorf sentado en su trono acariciando a su gato, reforzaría su imagen de maligno...

En fin, jefazos cargados, arsenal chetopoderoso conseguido y miles de criaturas pasadas por la espada, sólo para que te hagan una gran revelación: Zelda es transexual y se convierte en Sheik, apareciéndole músculos y un curioso bulto entre las piernas. En 3DS lo han feminizado pero el arte original de Sheik lo dejaba muy claro: Era macho. ¿Qué será lo siguiente, microrrepeticiones de los templos sólo para rellenar hasta que llegue el jefazo gordo?

Llegamos al castillo de Bow..Ganondorf, construido por los de Reforma Sorpresa, y nos tienden un puente de luz para que pasemos dentro, donde nos esperan microrrepeticiones de los templos que cumplen una función de relleno hasta la lucha contra Ganondorf, y unos guantes que hacen a Link capaz de levantar y tirar pilares de piedra de metros de altura.

Y finalmente la última batalla: Una partida de tenis mágico/ofensivo contra Ganondorf y unos cuantos golpecitos de flechas de luz (Un arma que Zelda llevaba escondida) y espada. Sería increíblemente más fácil usar la fuerza de los guanteletes de oro para partirle el cuello al maloso y reducirlo a pulpa como quien juega con puré de patata, pero esto hay que hacerlo épico.

Mi propuesta de batalla: Flecha de luz para paralizarlo y luego usar el Martillo Megatón para reventarle la cabeza mientras esté en el suelo. Tiempo de batalla: 30 segundos. Epicidad de la batalla: Over nine thousand.

Madre de diox...ahora viene la parte bonita: El castillo se viene abajo y hay que salir por patas. Zelda, ¿tú no tenías poderes? ¡Teletranspórtanos, so furcia! En fin, a correr matando (cómo no) a todo lo que te encuentres, para enfrentarnos en las ruinas del castillo a un bicharraco gigante (Ganon) al que se vence de una forma muy cobarde: Colándote entre las patas y dándole en la cola.

Joder, Bowser, cuánto daño has hecho.

Bicharraco eliminado, pero esto es Zelda, puedes matar abiertamente a dos ancianas, o dejar KO a cuantas mujeres Gerudo quieras, así como matar a todos los bichos que se te apetezca, pero no al malo maloso, no, a éste hay que encerrarlo y sellarlo (ya se ha visto la calidad de los sellos en Hyrule...pa morirse, vamos) y, bueno, final más feliz que una perdiz...dejando de lado el montón de templos y sitios llenos de monstruos, la ciudad devastada, dos castillos destruidos, muchas vidas perdidas...pero todo acaba con una gran orquesta.

Aquí tenemos Ocarina of Time, el rol más grande jamás hecho. Toma ya. Mañana las últimas reflexiones y curiosidades sobre este gran juego. Muchas gracias.


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